

¡El mito de la utopía y la realidad de la libertad!. O bien ¡la realidad de la utopía y el mito de la libertad!. Se puede decir como se prefiera porque lo que en realidad hay, son presupuestos de autoridad y de libertad intimamente ligados, y si ambos son necesarios para el discurso, y profesamos algún interés por la emancipación, sin anhelar por ello la anarquía, tal vez deberíamos decir que es una obligación psicológica afirmar por lo menos «alguna» utopía limitada. La utopía (…) como posible metáfora social, no como probable obligación social.
Colin Rowe
Porque pensamos que una constitución supone configurar un medio de relaciones para la existencia y la convivencia. Un ámbito de continua intersección de ideas y realidades.
Tres circunvisiones
Primera / En la que hablamos sobre el ahora
O expresándolo de otra manera, pensamos que todo ciclo histórico o cultural va inevitablemente unido a una determinada concepción del paisaje, tanto en su acepción de entorno natural como en el de ámbito de la ideas.
Y tal vez, en el ahora, los conceptos de signo opuesto como, por ejemplo:
lo permanente y lo mutable
la esfera y el laberinto
la tradición y la utopía
la «tierra» y el «cielo»
la razón y el sueño
el cuerpo y la actitud
tengan una mayor capacidad de convivencia. Y el convivir signifique, de nuevo, que volvemos a reafirmar el valor de lo singular. Y que esta singularidad o individualidad se mueva entre una relación jerárquica de sentimientos intuídos, razones teóricas y la realidad evidente. Entre un «visualizar» lo reconocible y un «imaginar» lo creable.
Segunda / En la que hablamos sobre el monumento
Si buscamos en el diccionario la palabra monumento, encontramos junto a ella: evocación, acuerdo, celebración, festividad, decoración, memoria, inmemorial…, y si aceptamos lo anteriormente expuesto, el monumento se convierte en la singularidad de la ciudad, en su individualización, en su permanencia. El símbolo de esta relación, de visualizaciones e imaginaciones, es lo que se propone como construcción a realizar. Y si buscásemos en la historia una imagen, inevitablemente escogeríamos el menhir, dolmen o cromlech.
Tercera / En la que exponemos nuestra idea del Monumento a la Constitución
Dentro de un orden universal (referencia solar), en un medio contingente (las rocas), un conjunto de individualidades (sólidos vaciados) se relacionan, y ordenan sus conflictos posibilitando un complejo más fecundo. El vacío dilata sus límites y el diálogo se hace posible.
Y si hasta ahora hemos hablado de la idea, ahora hablaremos de la construcción. Ésta sería un conjunto de elementos autónomos, aislados, colocados tensionalmente aludiendo a un equilibrio de fuerzas y elementos: motivos aislados y alusivos que actúan sobre la memoria y el ojo, hablan de unidad. El conjunto ya no es visualizado, recordado, evocado; sino imaginado, soñado, creado.


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